En los Congresos o Convenciones de profesionales del mundo del deporte suelen surgir foros espontáneos (los típicos corrillos o tertulias de profesionales, muy frecuentes en los coffe-breaks o pausas-café de este tipo de eventos), en los que se suelen tratar continuamente los mismos temas relacionados con el deporte. Últimamente, persiste uno frente a los demás: la preocupación por el intrusismo en la profesión o los hackers del entorno deportivo (término que he acuñado yo misma).
Los responsables de gestión de instalaciones deportivas (gimnasios, clubs deportivos, polideportivos, escuelas de formación, etc.) siempre coinciden en lo mismo: La importancia de la formación del instructor deportivo.
Es muy simple. Cuando elegimos un colegio para nuestros hijos, no se nos ocurre preguntar si los profesores están titulados y formados conforme al puesto que desempeñan. Lo mismo ocurre si vamos a la consulta del médico, es decir, no dudamos en que la persona que nos atiende se trata de un profesional titulado.
Quizá es muy lógico no sólo no preguntar sino, ni siquiera, cuestionarlo puesto que nos ampara:
-La Regulación por parte del Estado y de las Comunidades Autónomas, que se encargan de que todos esos aspectos se cumplan y de dotar de homologaciones a los centros, mediante inspecciones específicas periódicas.
En el ámbito deportivo, existe un órgano que es el Consejo Superior de Deportes, que es el encargado de homologar los estudios y centros de formación de todas aquellas áreas que tienen que ver con el ámbito deportivo, cualquiera que sea su nivel.
Como es de suponer, cuando nosotros vamos a un centro deportivo, gimnasio etc. suponemos que se trata de un centro homologado, y así es, cumple la normativa de instalaciones deportivas y tiene su licencia de apertura. Sin embargo, los temas de capacitación profesional y de formación de sus profesionales, no es algo tan evidente y que solemos pasar por alto. Por la mera distinción de disponer de un local abierto al público, los usuarios suponemos que nos ponemos en manos de expertos en la materia. Y así debería ser pero, no existe una ley que regule esos aspectos.
La norma actual no es explícita en esta materia, y quizá es una de los aspectos que los profesionales deberíamos reclamar con una mayor insistencia, una regulación más concreta en cuanto a formación y titulación del profesional. La Ley del Deporte, indica que al menos un monitor del centro debe poseer un título homologado de capacitación. Esta inexactitud es aprovechada por los hackers de la práctica deportiva para poner a sus clientes en manos de cualquier individuo llamado instructor y, a los que mi parecer es a los que se les debería concienciar de la mejor manera: regulando el ejercicio deportivo.
Sin embargo, y a pesar de la necesidad de un amparo legislativo en este ámbito, cada día me sorprenden más estas actuaciones de los hackers deportivos que ponen en peligro la salud de los usuarios dejando a un lado su buen hacer y la ética profesional. Por ello, debemos prestar atención, por una parte, como usuarios, aspectos a tener en cuenta a la hora de “ponernos en manos de un profesional deportivo” (auditemos de manera particular), más allá de las instalaciones; y, por otro lado, seamos profesionales y aislemos a los que ejercitan las malas prácticas que desvirtúan el sector y lo devalúan “hackeando” la integridad del espíritu deportivo.
LA FORMACIÓN Y EL DEPORTE ES “SALUD PARA TODOS”.
Escrito por: Marisa Bemejo, autora del blog: http://socialcycling.blogspot.com/